Las coplas del Carnaval de Cádiz conforman un riquísimo patrimonio musical, literario, artístico y sociológico que goza de una salud asombrosa y de una capacidad de expansión que cada año parece crecer más allá de las fronteras “naturales” de su contexto geográfico y cultural. Pero su importancia no reside tanto en sus posibilidades artísticas o “comerciales” como en su condición de arte popular, esto es, creado por gentes que no necesitan de una formación académica reglada para insuflarle un poder de evolución arrollador. Además, la dimensión de “arte colectivo”, creado y desarrollado de forma colaborativa por autores, músicos e intérpretes le dotan de una dimensión social (y especialmente entre la juventud) que son, a nuestro parecer, lo que le convierten en una forma de folklore popular especialmente rico y necesario.
Las coplas de Carnaval son un elemento interesantísimo como herramienta de acercamiento no sólo a lo literario y lo artístico, sino también a lo etnográfico, lo histórico y lo social. Y como reto para la creación de nuevas letras supone así mismo una herramienta magnífica para trenzar lo culto con lo popular, lo simple con lo complejo, en definitiva, lo artístico con lo vivencial, lo creativo y lo emocional.